De una forma muy parecida a como dominó en 2011, Sebastian Vettel consiguió su 1º victoria del año en Sakhir tras salir desde la pole. El vigente campeón supo controlar la distancia entre su Red Bull y sus perseguidores, de forma que su victoria casi nunca peligró, salvo cuando fue atacado por el Lotus de Kimi Räikkönen, quien en su 4º carrera tras su regreso se vió en el podium y con posibilidades de victoria. De hecho, tuvo una oportunidad para pasar a Vettel, pero al no conseguirlo y con sus neumáticos degradándose justo después, no pudo montar otro ataque. Aun así, tanto por parte de Vettel como de Räikkönen, fue un resultado fantástico, de la misma forma que fue un triunfo para el otro Lotus de Romain Grosjean, obteniendo el primer podio de su carrera en F1.
