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lunes, 8 de abril de 2013

Análisis deportivo: Sebastian Vettel y el código “Multi 21”


El Gran Premio de Malasia celebrado hace unas semanas en el circuito de Sepang fue sin duda alguna el más polémico desde su introducción oficial en el calendario a finales de 1999. Esta vez no ha sido la tónica ni las altas sensaciones térmicas (superiores a 30 grados y más de un 70 por ciento de humedad) ni la acción en pista (si bien no fue una procesión precisamente). La polémica ha surgido a través de las órdenes de equipo, en parte del equipo Mercedes (Ross Brawn, jefe de equipo de Mercedes, no permitió a Nico Rosberg adelantar a su compañero de equipo Lewis Hamilton cuando el alemán era claramente más rápido que el británico) pero principalmente en la desobediencia de Sebastian Vettel a las indicaciones de su equipo de no adelantar a Mark Webber, compañeros de equipo de Red Bull Racing.



A falta de catorce vueltas de terminar la carrera, ambos pilotos de Red Bull hicieron su parada. Por radio, les mandaron el código “Multi 21”, el cual consiste en mantener un mapa de motor conservador para ahorrar combustible y llegar a la meta en ese orden (Webber, con el dorsal número 2, en primera posición y Vettel, con el dorsal número 1, en segundo lugar). Si bien Webber obedeció, el alemán y vigente campeón del mundo apretó antes de su parada en boxes para, justo después de su parada, alcanzar a Webber y una vuelta después y tras una serie de maniobras bastante agresivas, ponerse en cabeza y posteriormente ganar la carrera. Al bajarse de los monoplazas, ni siquiera se miraron a la cara y el australiano dejó entrever claramente la situación en las entrevistas en el podio (Webber es notorio tanto por su velocidad como por su transparencia a la hora de expresar lo que piensa, algo cada vez más raro en un deporte dominado por los intereses económicos de inversores y patrocinadores).

Técnicamente el incidente termina ahí, pero a raíz de todo esto se extraen una serie de observaciones:
En primer lugar se ha de entender que no se trata de un piloto cualquiera, sino de un triple campeón del mundo como es Vettel, que lleva en el seno de Red Bull desde mucho antes de estar en Fórmula 1, y su comportamiento en Sepang (que de hecho ya sonaba enrarecido desde antes de la mitad de carrera, ya que pidió a su ingeniero de pista que “le quitasen de en medio, va muy lento” (refiriéndose a Webber que en ese momento estaba justo delante) es una falta de respeto tanto a su compañero como a todos los trabajadores de Red Bull o a sus inversores, así como una herida a la imagen pública de él mismo y la del equipo al completo, un equipo que siempre ha tenido el respeto y la igualdad entre pilotos como estandarte. Por otro lado, se trata de un deporte donde ser competitivo es un deber, postura con la que el jefe de equipo de Red Bull Christian Horner ha tratado de defender a su piloto.

Por otro lado, están los antecedentes: no es la primera vez que los dos pilotos tienen un problema con órdenes de equipo. El primer encontronazo, y el más significativo, fue en Turquía 2010, cuando ambos pilotos encabezaban la prueba hasta que Vettel trató de adelantar a Webber por un hueco demasiado estrecho y ambos pilotos colisionaron. Vettel se retiró y Webber tuvo que entrar en boxes y acabar tercero tras los dos McLaren. Por otro lado, Webber también ha tenido sus momentos “rebeldes”, como el ataque a Vettel (contra las indicaciones de su equipo) en las últimas vueltas del Gran Premio de Gran Bretaña de 2012 y el bloqueo que le hizo en la última carrera del mismo año, que resultó en una pérdida de posiciones para Vettel, seguida de una colisión que hizo peligrar seriamente sus aspiraciones al título de pilotos. Además, el australiano ya dejó en evidencia esa “igualdad entre pilotos” marca de la casa cuando, al ganar el Gran Premio de Gran Bretaña de 2010 con un alerón delantero antiguo (su alerón nuevo lo llevaba Vettel después de que el alemán dañara el suyo en los entrenamientos), respondió a su equipo con un “No está mal para el piloto número dos”.

Otro antecedente, algo más lejano en el tiempo pero bastante parejo en la situación, ocurrió en el Gran Premio de San Marino de 1982. En aquella ocasión, los Ferrari de Gilles Villeneuve y Didier Pironi encabezaban la prueba y tenían órdenes de mantener posición, órdenes que Pironi desobedeció en el último momento y adelantó a su compañero de equipo. Villeneuve lo entendió como una traición y juró no volver a hablar al francés. En la carrera siguiente el Gran Premio de Bélgica celebrado en el circuito de Zolder, Villeneuve trataba de mejorar el tiempo de Pironi en entrenamientos cuando tuvo un accidente con Jochen Mass. El piloto de Ferrari moriría horas después.

Obviamente la seguridad en el deporte ha mejorado de manera exponencial desde entonces, pero la cuestión es ahora la capacidad de Vettel y Red Bull de retomar la confianza y la imagen perdida en Sepang, sin olvidar lo que haga o diga Webber de ahora en adelante. 

Fuentes: ESPNF1
Texto: Propio

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